jueves, 8 de agosto de 2013

LAMPARAS DE PIEL

 LAMPARAS DE PIEL HUMANA  A lo largo del tiempo miles de misterios nazis fueron surgiendo, pero hubo uno que me llamo mucho la antencion, Lamparas hechas de Piel Humana!, a continuacion les mostrare evidencias de que estas lamparas existen y de otros objetos hechos de piel humana que se han descubierto.





Conocido por los experimentos humanos y vejaciones que llevaron a cabo el comandante Karl Koch y su mujer Ilse, la «Loba de Buchenwald», este lugar se estableció en julio de 1937 cerca de Weimar. Fue uno de los primeros y mayores campos creados en Alemania, donde se encerró a judíos, polacos, eslovenos, criminales, homosexuales y prisioneros de guerra, entre otros. Allí murieron alrededor de 50.000 personas, como resultado de los abusos y los trabajos forzados, entre otros crímenes. Alrededor de 10.000 fueron víctimas de las ejecuciones y otros de la crueldad de los guardas de las SS.



Cuando los estadounidenses llegaron al mismo campo de concentración, los prisioneros les advirtieron que estaban convencidos de que Ilse había hecho matar a los que tenían tatuajes para hacer lámparas con su piel.

Años mas tarde, a un joven llamado Mark Jacobson le regalaron un lampara de unos 35 dolares, su amigo le llamó; al principio no sabía muy bien de qué se trataba, aunque ya sabía que era un objeto diferente.



Al principio, Mark Jacobson no le dio mucha importancia a la lámpara que llegó a su casa en abril de 2007. Relata que pocos meses después, cuando empezó a investigar sus orígenes, se dio cuenta de que, además de que era real, nadie se quería quedar con el objeto. A todos les incomodaba su presencia, si se puede utilizar esta palabra para referirse a esta pieza. Después de todo, la pantalla, defiende Jacobson, fue parte de un ser humano. Parece que del pecho de alguien, después de consultar con varios expertos. Es de donde se sacan las piezas más grandes. Además, se añade que para muchos la piel es lo que más cerca está del alma.




A simple vista, la lámpara es pequeña, sobria y tiene una pantalla beige y algo reseca. Pero al mirarla con más detenimiento es posible ver que no se trata de marcas de un pergamino sino de la trama de tejido humano


Pero como la lampara tambien hubo otros objetos realizados con piel humana, algunos fuera del regimen nazi.

LIBROS ENCUADERNADOS CON PIEL HUMANA



En la época Nazi, se sabe que la piel de muchos judíos acabaron como tapas de libros o incluso como pantallas de lámparas.

También existe constancia de muchos casos voluntarios, en los que el último deseo del fallecido era que se forrasen las tapas de algún libro en concreto con su piel, incluso algún escritor famoso recibió en su casa un paquete con la piel de una fan como regalo. De modo que si tenéis en vuestras casas algún ejemplar antiguo de dudosa procedencia, quien sabe… puede que sus tapas inertes tuviesen vida algún día.

Les dejo algunos ejemplos conocidos:

1827, William Corden mató a su amante, María Martín, seis años más tarde se publicó un libro con la historia de este famoso crimen con su piel. (Moyse´s Hall Museum)

1818 y 1821, dos casos similares al anterior, la piel de James Johnson se usó para encuadernar un ejemplar de Samuel Johnson´s Dictionary. John Horwood, tras asesinar a Eliza Balsum, también corrió la misma suerte, en este caso, en el lomo del libro se puede leer “Cutis vera Johannis Horwood”. (Bristol Record Office)

1833, la piel del famoso bandolero James Allen, sirvió para encuadernar un magnífico recopilatorio de todas sus fechorías.

1958, el encuadernador Dard Hunter, contó que una viuda le mandó la piel de su difunto esposo para encuadernar todas sus cartas de amor.

1831, a la muerte de Jacques Delille, afamado escritor de la época, André Leroy, un ferviente admirador, se coló en el tanatorio y le arrancó la piel para encuadernar sus ejemplares.

1890, se cuenta que Isidoro Liseux, editor francés de libros eróticos, conseguía la piel de los pechos de las mujeres fallecidas en el hospital de Clamart(París). Incluso existe un ejemplar de Elogio de los senos de las mujeres, de Mercier de Compiégne, dónde tanto en la portada como en la contraportada, se pueden ver las protuberancias de los pezones.

1920, el astrónomo y escritor Camille Flammarion, felicitó a una condesa en una recepción por la suavidad de su piel. La condesa, al morir de tuberculosis años después, hizo que le enviaran esa piel que él había elogiado para encuadernar uno de sus libros.

La lista es interminable, pero como habréis podido comprobar menos las uñas, se nos puede aprovechar todo.